Cochamó; bosques y paredes.
La primera vez que escuche de Cochamó pensé que me estaban mintiendo. Me hablaron de un valle a 5 horas de casa que lo llamaban "el Yosemite Chileno", un valle con enormes paredes de granito y excelente escalada.
La primera vez que visite Cochamó fue hace 6 años, con un grupo de amigos que estábamos viajando por la patagonia chilena. Ese viaje fue más bien de trekking y apenas escalamos algunas rutas de deportiva en el sector "pared seca". De ese viaje lo que me quedaron sensaciones increíbles, de inmensidad, de conexión con el bosque, de atardeceres increíbles. Siempre quise volver, pero por muchas razones la vuelta se pospuso más de 6 años.
Abril 2024:
Después de pasar toda la temporada en Chalten me vine a Bariloche a descansar 1 mes antes del próximo viaje. Con Seba Montes veníamos viendo el pronostico y a mediados de abril apareció una ventana de buen tiempo, ideal para ir a visitar esas paredes de granito que tanto hice esperar. Con emoción preparamos todo para el viaje: carpa, bolsa de dormir, calentador, ir a comprar comida, equipo de escalada: cuerdas, fierros, casco, arnés, pedulas, etc, etc, etc. A último momento se sumó Yani y al dia siguiente partimos en Carlitos (mi auto, un gol 2011 3 puertas con alma de Hilux). Fuimos con la calma, 6 horas de viajes, entre la ruta y las aduanas. Llegamos al pie del sendero y acampamos ahi. A la siguiente mañana cargamos los caballos y comenzamos las primeras 3 horas de caminata en el valle. Los arrieros dejaron nuestras cargas en "La junta", el camping que se encuentra en la confluencia de los valles principales. Desde acá se puede aproximar a cualquiera de los valles de altura entre 2 y 4 horas.
Elegimos para este viaje ir al valle del Trinidad, donde las paredes principales son las del Cerro Trinidad. El mismo dia que fuimos hasta la Junta armamos nuestras mochilas y subimos al vivak. Llegamos con la última luz y pude hacer algunos vuelos de dron.
La noche estuvo fria, nos despertamos un poco antes de que salga el sol, desayunamos un buen chuchumeque (granola con frutas, leche en polvo y algo más) y mates. Agarramos el equipo y aproximamos para nuestra primer escalada. Menos de una hora después estaba empezando a escalar el primer largo de Homo Santa, una ruta que es la combinación de 2 rutas. Homo Sapiens en la parte baja y Send it like Santa en la parte alta. Me tocaron los primeros 3 largos, placas levemente aplomadas con fisuras cerradas. Muy divertidos, con chapas de vez en cuando y varios pasos delicados. Aunque la escalada era de calidad, el frio se sentía, escalando con todo el abrigo que teníamos. Yani escalo los proximos 4 largos. El grado aflojaba un poco, pero la calidad se mantuvo. El último de los largos de Yani ya se paro mas y nos regaló un splitter al final. Buenisimo! Seba hizo los ultimos 3 largos, sostenidos, con pasos a bloque, chimeneas y algunas otras cosas... Divertidos! Mucho más si ibas de segundo.  Llegamos al final de la ruta y decidimos no caminar hasta la cumbre (era 1 hora más). Comimos los sanwichitos que teníamos y empezamos a rapelar. Llegamos con la última luz al vivak... había alguien mas! Carloncho!
Habíamos hablado con Carloncho para que venga con nosotros, pero no pudimos coincidir. Al final decidió subir con Agus, un amigo de el.
Al otro dia empezamos igual que el dia anterior, antes de que salga el sol con chuchumeque y mates. Esta vez fuimos a escalar un clasico de Cochamó, No hay hoyes. 6 largos de excelente calidad. Nos fuimos alternando 1 largo cada uno. Hermosas fisuras, pasos atléticos, un techito y un paso de bloque al final. Ruton!! Compartimos con Loncho y Agus, que empezaron atrás nuestro y nos pasaron. La luz en la cumbre estaba epica.
El tercer día fue de descanso.  Disfrutando y admirando el bosque, las paredes y los animales que pasaban a visitar. A la tardecita bajamos a la Junta.
Para el cuarto dia elegimos hacer otro clásico del Valle; Camp Farm. Escalada en placa, con muchas chapas al principio. Fisuras en la parte alta. Muy, muy bueno. Un poco mas corta que las otras vías. Rapelamos y volvimos al campamento a seguir descansando y disfrutando del lugar.
El quinto día ya empezó a lloviznar y emprendimos la retirada. 4 horitas de bajada hasta el auto. 5 horitas mas de auto hasta Bariloche.
Y asi fue un hermoso viaje a un paraíso a la vuelta de casa. Compartir con amigos, escalar granito perfecto, caminar por un bosque milenario. Lugares a lo que hay que volver.
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